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jueves, 12 de noviembre de 2020

PANTALLAS

Hay despojos que son invisibles

Digo. O sea

Es cuando te arrancan algo que no se puede ver


Ojo. No es el alma, eh

Es peor

Es el combustible. O el alimento, mejor


Claro, quizás es eso

El agujero negro que queda

El adoquín en las tripas

Es hambre


Sí. Definitivamente es eso

Porque paso mi lengua y me doy cuenta

Mirá, ¿ves?

Se me afilaron los colmillos también


Listo. Conclusión.

Los despojos invisibles nos convierten en monstruos


No, pará, no es eso. Corrijo

Nos distorsionan

Nos talan la base. Enclenques nos dejan


Y yo no voy a mentir. No sé qué hacer

Para saber qué hacer

Hay que tener un mínimo de claridad


Quién soy

Quién creo que soy

Ahora que me despojaron




martes, 27 de diciembre de 2016

FUEGO AZUL

Fijate quiénes son los que se entibian cuando todo está a punto de arder.
Esas caras son caretas.
Se ahogan mientras escapan.

Ignoralas.
Desgarrate.
Y caminá para adelante prendiéndote fuego.

Nadie está salvo en el medio. El medio es un calabozo.
Sin oxígeno, nada se enciende.

sábado, 25 de abril de 2015

LIBERACCIÓN


84 meses durmiendo al lado de ella. Soñándole al lado.

Un tiempo más grande que poco y más chico que mucho.

Más de 10 mil vueltas a su disco favorito de los Clash.

Sí, ella tenía hecho ese cálculo. Pasa que a veces, para sentirnos vivos, necesitamos sacar cuentas.

La cuestión es que esta mañana él la abrazó y le dijo: "No sé por qué pero de golpe no te quiero soltar. Me parece que hoy... hoy no me da lo mismo".

Es un dolor y un alivio cuando a algunos inconscientes se les da por mandarse a hablar así, tan contundentemente.

Dice Freud que todo bien.

lunes, 18 de febrero de 2013

CLARIDAD


Todas las mascaritas se borran al final del corso.

Los vistazos que calaron en aquel pseudomundo, vuelven a sus casas satisfechas, verdes de gravedad, rojas de inocencia.

A veces, casi nunca, pasa un distraído que las ve esfumarse detrás de algodones, risas de feria y deber cumplido.

Y se estaquea en ese segundo inesperado. Se le acalla la sangre.

Los restos de pintura caen al piso, en paz por haber contado su cuento y conscientes de que mañana volverán a desfilar.

El desprevenido, en cambio, se aleja con el peso del desencanto.

En la rueda del tiempo llega el silencio.
Y un éxodo de espejos busca lavar conciencias.

Hola a todos. Hoy la tortilla nos muestra este lado. Días de muchas caretas y poco carnaval.

martes, 13 de noviembre de 2012

OÍDOS IDOS



Ojos de lengua.

Cicatriz de nacimiento.

Tranco sin legua.

Roca blanda endureciendo.



Río revuelto.

Ataque feroz sin risa.

Niño miedo envuelto.

Rezo de falsa misa.



Dedo de dos frentes.

Letras de garatusa.

Doble faz transparente.

Silencio, rayas y fusa.



Clamor.

Piña.

Cueva.

Letargo.



Llanto.

Espera.

Tragar.

Amargo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

DIPLOMACIA DE BARRIO



Pa' disimular.

Uno de esos que pegan patadas a los mentones y después se mandan el gran corso.

Necesita el ruido para interceptar. Y para entorpecerse.

Pa' disimular.

Y así, todo nebuloso, termina creyendo que esa patada fue una caricia.

Digamos que también es para acariciarse un poco a sí mismo. 

Pa' disimular.

Y se mira al espejo. Y se guiña un ojo. Oh, sí, mundo allá voy

Y sale a la calle a repartir sus patadas.

Pa' disimular.

Después vendrá otra vez el carnaval que le adormezca los sentidos.

Una careta transparente y alto jolgorio. 

Pa' disimular.

Impulsivo. Miente. Un poquito.

Impulsivamente y sin querer, inventa gritos mudos.

Pa' disimular.

martes, 2 de octubre de 2012

TODO LO CURA



Un enchastre. Sucio. Feo. Pero de las fealdades que buscan ser perfectas sin éxito, no de las bellezas con futuro, nacidas de la imperfección fea.

Virtualmente virtual. Poco virtuosas hazañas de pendenciero.

Esquiva el reboleo de sus cadenas de canchero de barrio, sin un corazón donde caerse muerto. O donde caer, aunque sea, a dormir un par de horas hasta volver a sentirse distinto. Hasta volver a no sentirse uno más.

Ahora amanece por vez quichicienta y camina por callecitas imaginarias. Callecitas bordeadas de tribunas atestadas de obsecuentes. Tan rebalsadas que no cabe ni un alfiler, no hay lugar ni para él, el rey de la calle. Y se aplaude. Se autoaclama. Clap clap clap.

A veces llegan los días en que los aplausos son cachetadas. Suenan igual. Pero duelen.

Una bolsa de guarrería. Gusto a poco. Nada rico. Todo con los demás demases que no intenta siquiera reconocer.

Un incurable enchastre virtual.

domingo, 30 de septiembre de 2012

SIETE SUERTES DE MALOS AÑOS

Vino la chusma del barrio a contarme una historia. La historia de un duende. Un duende impotente. Impotente en toda su polisemia.

El duende que salta del pote lleno de harina al espejo, para ver si se ve, para encontrar lo que no busca, para conseguirle un cuello apetitoso a su dientudo vacío de vampiro. Un cuello que no sea el suyo, porque está harto hasta de su propia sangre.

Pero se resigna, como todas las mañanas. Y vale la aclaración: para él la mañana no depende de las vueltas del sol. Sus mañanas son impredecibles, nunca sabe cuando llegan, nunca sabe cuánto van a durar. Son mañanas hijas de la ciclotimia. Sus mañanas son tantas como las persona que conviven adentro de su inconscientemente diminuto cuerpo.

Toda la blancura de ese polvo que lo vio saltar del plato, no cubre su oscuridad. Pasa que es tan grande su mundo de superstición, su mochila de cábalas, su inseguridad de volcán semidormido, que cree que nadie lo ve encapuchado. Pero bueno, piensa, eso es harina de otro costal. Relato de otro cuento. Imagen de otro reflejo.

Y agarra sus palabras, como si fueran martillos; y rompe todos los espejos, como si fuera un héroe jubilado. Es una metáfora inconsistente de luchador de molinos de viento.

Pobre duende. Odia ser uno más. Uno más de nosotros. Igual y distinto, como cada uno de los que somos uno más.

Y así, la chusma del barrio, va llegando al final de su chimento: todos somos el duende. La única diferencia es que este del que hablamos, cree que nadie lo ve.

Acá, los espejos, pensamos otra cosa. Y nos sentamos a esperar.

sábado, 25 de agosto de 2012

ESTOCADA


Juro que se puede morir leyendo. Una muerte de a pedacitos, silenciosa, sin dolor. 

Yo acusaría a algunas palabras, esas que te hacen tajitos. Uno chiquitito a la izquierda, otro más arriba, otro a la izquierda y arriba. Y otro más, y otro más.

Lo peor es la ingratitud y su impune canallada; porque no vienen de a una, valientes, corajudas, calientes, literales. Vienen en grupito. Te patotean, como si fueran el más canchero del barrio, revoleando un miedo y una lección.

Y vos te las masticás, como si fuera un mandato ineludible. Y las tragás. Y las digerís. Y así te llenan de tajos. Por dentro.

Juro que se puede morir leyendo. Una muerte de arrebatos mudos, generosa, en loop

Juro eso porque me he visto morir así. Y sentí también las cosquillas de volver a nacer.

Una bastarda. Una falsa plebeya. Una secuela de palabras que desaparecieron, pero no me dejan volver a ser la misma nunca más.

miércoles, 9 de marzo de 2011

MENZA



El pobre resultado de una vida servida en bandeja te nubla el valor del esfuerzo ajeno y sobrevalora tus acciones.

Lamentos glotones. Rebeldía vacía. Vara obsecuente. Avaricia sobresaliente.

Cocorita de pacotilla. No confundas tus bajezas con brillantes elecciones.

Tu insistencia en arruinar, opacar o menospreciar el espacio del otro solo me deja pensar que no sabés ni donde estás parada. Perdida en la vida, te irritan los pies de plomo. No creo que hayas descubierto qué lugar te pertenece, qué esencia te da la vida. Y eso, estoy segura, debe ser perturbador.

Yo soy impulsiva, intempestiva, avasallante, inoportuna, improcedente. Soy todo lo miserable que el mundo quiera.

Pero algo nos diferencia y no lo dejo de celebrar: Yo no escondo mis porquerías, yo no velo mis desechos.

lunes, 7 de marzo de 2011

QUEJARSE DE LLENOS

No puedo ya evitar. Solo puedo asumir y reformular.

La idea de libertades individuales es claramente vaga e inconclusa en momentos en los que las decisiones personales se transforman en un camino para victimizarse. La felicidad pierde su sentido porque se usa como daga para clavar en el golpe bajo, y todo aquello objetivamente bueno es ahora excusa para sentirse damnificado.

Detesto las excusas baratas sin un dejo de introspección y sinceridad con los que conocemos el origen real de esas explicaciones.

Y me rapta un segundo maldito de confusión. Y me reconecta con mi egoísmo. Y critico lo que yo misma estoy haciendo.

Y me salva un segundo heroico de dignidad. Y me muestra la esencia de las buenas intenciones. Y celebro la diferencia entre mi camino y aquel otro.

Las cosas florecen aunque no quieran, porque sus raíces son inevitables. Y las personas emergen por la inercia de su propia esencia. Los embusteros, los doble faz, los reales, los imaginarios. Todos, tarde o temprano, mostramos nuestros destellos y nuestras sombras. Y esas exhibiciones de individualidad arman el mapa con el que caminamos junto y a través de los demás.

Entiendo que nunca voy a impedir lo que para mi vara es injusticia y siempre existirán los seres ventajeros, pero me codea cómplice la coherencia, que es amiga de mi paz interior.

La vida sin esperar lo que el otro no quiere ni puede dar, ofrece caminos más llanos y directos. Y las decisiones egoístas de hoy, son un bártulo más en la mochila de los inconcientes de toda desconsideración.

lunes, 21 de febrero de 2011

BRILLO INEXACTO


Contoneos, pavoneos, embustes oscilantes
Sinsabor de lo frustrado, favor de los mandantes
Llenando silencios para anclar su alma hueca
Disimula los infundios de su pobre cavilar

Futil fusil que dispara vacío
Disfraza con tapujos su eficiente vanidad
Cara y ceca de lo trashumante
Teme fervorosa la ignorancia de uno más

Comandante y amante
Cachetada y candonga
Necedad y torpeza
Impostura y pavor

Ceremonias paganas de espejos que adoran
Huellas que se borran con los guiño sin fulgor
Un espíritu que grita buscando miradas
Porque hace un tiempo que sabe cuánto se perdió

Nada me subyuga menos que alguien que no vive pero pretende descollar.

lunes, 7 de febrero de 2011

HARDFACE

Así como existen las mañanas en las que uno empieza con humores indescifrables, más tarde existe el segundo en el que nos damos cuenta de por qué. Y si bien es alivianadora la clarificación de un mal día, también es perturbante darse cuenta de que una vez más nos hicieron caer.

Tengo muchísima consciencia de mi carácter y forma y aunque traté de moldearme por años, hay cosas que nacen en las raíces y me llegan hasta las ramas; cosas de las que me alimento para ser como soy y que si no existieran, desaparecería.

Y tal como soy lúcida ante mi propia esencia, lo soy con la de algunas personas. Y lo que más me alborota y amotina es que mi capacidad para filtrar sus malintencionadas pretenciones se vuelva a vulnerar y rendir ante sus artimañas.

No me considero imbécil, pero otra vez vengo a pecar de crédula. Lo que puedo rescatar de cada situación de estas, es que en cada una de sus reiteraciones el tiempo entre mi ignorancia y mi entusiasmo es cada vez más corto; y eso me permite avanzar con la esperanza de que un día no habrá tal brecha porque lo podré detectar o, al fin, convivir con ellas.

Por lo pronto conservo un dejo de indignación mientras vuelvo a repetirme que el origen de mis momentos de felicidad se originó en ese segundo en el que decidí no esperar más peras del olmo.

Y también, por el momento, puedo hacerme cargo de mis decisiones y, por consiguiente, no ocultarlas. Es más fácil dormir tranquilo cuando nuestras mejillas, nuestros ojos, nuestra nariz, nuestro mentón... cuando nuestra cara es blanda.

lunes, 22 de noviembre de 2010

DE PARTIDAS, REVUELTAS Y REAPARICIONES

Suelo estar aprendiendo a reconocer ese punto de inflexión entre el fastidio necesario y el malhumor deshilvanado.

Pasa cuando viene el soplido de su queja. Un lamento demandante que parece de antaño pero que reconozco como aquel que renace cada día en el despertar de su voz portadora.

Se acerca con soplidos pequeños pero poco sutiles. Una vez cada tanto. No todos los días. Como disimulando esa intencionalidad egocéntrica que en realidad la engendra.

Y me hace erguirme y pestañear rápido y así no tener que cerrar los ojos. Si lo hago no veré la llegada de su cachetada inexperta pero hábil. Pero si los abro entrará para rasparme su basura imperceptible. Sigo pestañeando.

Pasa y deja un pequeño rasguño que arde pero no mutila. Sin heridas profundas, solo rae la superficie para decir "Por acá pasé yo. No soporto que me olviden".

Y yo que ya olvidé, que no espero nada ni le adeudo favor alguno no puedo evitar el tedio que me provoca su incapacidad para la resignación. Representa en mi lejana memoria a la desilusión total, una página blanca con letras negras, una frustración curada, una enorme montaña de vicios ya sorteada.

Extrae un segundo lo peor de mi, me exprime ácida como estoy y cuando llego al punto de casi detestarla por completo caigo en la cuenta de que no tengo más que darle las gracias. Le tengo piedad y mis ojos se aclaran. Sucede que sin saberlo me despojó de todo lo defectuoso, me quitó la virósica ira y la puso afuera donde debe estar. Luego la absorvió ella y la asimiló en sus entrañas resentidas.

Ahora sus presuntuosos propósitos de ególatra le volvieron en deshechos de su propia esencia. Es un satélite que ronda las dichas ajenas sin poder robarles siquiera una imagen que le sirva para sus ansias desenfrenadas de envidia.

Lamentablemente nunca, nunca, nunca tendrá un espejo que le devuelva estas miradas inevitables. Los ha destruido todos en su misión incansable de desidia negadora.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

PIEDRA LIBRE

Creo que no preciso demasiada suspicacia para percibirte en tu nitidez.

Ni bien alguien te ofrece una miseria, una debilidad, una pelusa negra en la blancura, allí estás vos para devolver cínicamente tu hombro inexacto.

Determino, luego de observarte por un rato no muy extenso, que lo que te es entregado como muestra de confianza es para vos una munición más para tu trinchera. Resguardada por dentro de tus inseguridades, te apoyás en todo aquello que - aunque ínfimamente - te proyecta superior. ¡Y qué bien te calza en esos momentos tu overol de altruista y comprensiva!

Te veo rústica en lo áspero pero no en lo original.
Te veo dura para la aceptación pero no para la templanza.
Te veo transparente en lo imperceptible pero no en lo genuino.

Es evidente el estancamiento.

Y no espero que crezcas ni aunque te rieguen todos los días. Sucede, en tu caso, que el principal problema reside en tus raíces.

Tus ramificaciones son tan supuestas e inefectivas que una hormiga hace más sombra que cualquiera de tus insolentes palabras.

miércoles, 27 de octubre de 2010

LISONJAS Y OTRAS MENTIRAS

Veo caras de piedra que intentan gesticular tristeza, al tiempo que sus músculos lidian con el alivio y la alegría.
Oigo tonos compungidos que quieren emular la desdicha mientras sus cuerdas se enriedan para contener un grito de liberación.
Toco humedad de lágrimas propias y ajenas y entre tanto mi cabeza pone luz sobre una dura e insana verdad: la codicia no se repliega ni ante la contundencia de una muerte inesperada.

Viene el pavor y me da un cachetazo para ponerme ante la obscena pesadumbre de aquellos que traicionan su propia conciencia. Ella, en realidad, les demanda regocijo ante la súbita ausencia de sus antípodas y un corso de festejo les recorre las tripas. Mientras tanto, el envase pretende presumir de su desconsuelo, como una puta que simula disfrutar su condición sólo por una paga final que le resulta imposible de rechazar.

Es la negación por la negación misma, como si fuera un pase mágico que en sus mentes hace de lo innegable un mito incomprobable. La intolerancia les roba los argumentos, sus palabras se fagocitan en el sinsentido y el espejo se ennegrece para que no tengan que ver cada mañana su existencia de utilería.

Hay algunos que solo existen a través de sus opuestos y por eso el camino a su felicidad es la búsqueda constante de enemigos. Ahora, ya sin ese rival que le daba explicación al hecho de ser alguien en la vida, de a poco irán cayendo en la cuenta de cuánto necesitan una nueva identidad. Una de esas que cada tanto se compran para renacer convenientemente flotando hacia el encantador sonido de sus egoístas intereses.

Se oye el descorche de los civilmente ignorantes mientras viven suponiendo que el cielo nunca les devolverá el escupitajo. Todo lo que les deseo es el doble de sus expectativas... y un poco más de discernimiento al final del día.

martes, 5 de octubre de 2010

ADALIDES IMAGINARIOS

Gente atormentada, adormecida, malgastada. Ansiosos de libertad repudian la ajena. Todos iguales, paquetes de la misma máquina, autómatas de un sistema que alimenta sus cuentas y sus egos.

Con un desprecio total por aquél que pasa un poco cerca sienten peligrar el injustificable equilibrio heredado ancestralmente y pertenecen a una realidad estancada lejos en el tiempo a la que se someten por costumbre más que por razonamiento.

En la veleta de sus principios, que gira merced a repentinos soplos de conveniencia, sólo existe el norte, uno que se va reubicando al grito autoritario de las intenciones egoístas.

Una ausencia total de humildad los transforma en elementos maleables del sistema de turno porque allí donde haya un poquito de poder con que tentarlos podrán ser llevados con dos dedos de sus narices. Es que resulta siempre más fácil convencer a un avaro que a un idealista porque la libertad es un hábito adquirido además de un regalo del destino. Se trata de la libertad en el amor, de la libertad interior, de ese control sobre nosotros mismos que nos hace sentir livianos e invencibles. La sola búsqueda de su supuesta útopica existencia rompe las cadenas; es el medio que construye la torre centinela de nuestra fuerza.

Foto: Tomás Casares. http://www.flickr.com/photos/tomascasares2/sets/

jueves, 2 de septiembre de 2010

PROYECCION


Ese dolor envenenado sale desde tu interior ensordecido.

En este país imaginario construido de espejos, vestido de imágenes donde los otros son siempre vos... La pregunta es ¿y a ti misma... cómo te llamas? ¿te reconoces en eso que ves? ¿puedes captar en la imagen de los otros la tuya propia?

lunes, 2 de agosto de 2010

ELUCUBRACIONES A CIELO ABIERTO

Los oráculos de la bienaventuranza han perdido cierta porción de la persuasión que controlaban a su antojo, una de conquistadores postmodernos que intercambian riquezas espirituales por espejos que deforman.
Tengo sentimientos disímiles amalgamados, choque de impresiones; voy masticando la duda saboreando una conciencia de realidad peculiar pero cierta.
Sospecho.

Y luego, por la obviedad de la que no pueden escapar sus autores, adivino sucias intenciones segregantes. Engañados por una fraudulenta imagen de sí mismos, intentando forzarnos caprichosamente a la obtención de sus objetivos individuales como si fuéramos obreros de su fábrica de mentiras, conciben este territorio como un feudo y cada palabra que emiten atrasa décadas de historia.

A mis ojos son sólo locos, si por ello entendemos alguien que repite una y otra vez la misma actitud buscando un resultado diferente al que ya conocen.

En parte me provocan cierto escozor porque pertenecen a una casta que embanderó la destrucción como método de salvación careciendo de toda capacidad de autocrítica y arrepentimiento. Y al mismo tiempo ya no temo, porque la destreza y la memoria dan cada vez más argumentos para iluminar la libertad que tanto cuesta.

(Continuará)

jueves, 29 de julio de 2010

PONCIO PILATOS SIGLO XXI

Poncio Pilatos tuvo en sus manos una decisión importante. Por el pavor, la indiferencia y la desidia que lo invadían puso esa sentencia a criterio del pueblo. Luego se lavó las manos, señal de su desentendimiento del asunto... "Yo no he matado a nadie". Y así se transformó, además de en un entregador, en un referente exclusivo de la cobardía. No solo fue un granuja no asumido sino que se hizo pasar por justo y compasivo.

Creo que todo depende de cómo cada uno espera perpetuarse, porque estoy segura que ese es un anhelo generalizado. Cada expresión artística, cada nacimiento, cada promesa de amor, cada esperanza de concreción, cada meta superada, cada nuevo conocimiento adquirido, cada personalidad automoldeada, cada celebración entre amigos... son todos intentos por lacrar la propia vida y enviarla sin intermediarios a los que todavía no llegaron a este mundo pero tendrán la potestad de recordarnos o no.

Y digo esto porque viendo la canallada con la que se destrató esta semana (solo por citar un ejemplo de los que fuimos testigos durante años) al fútbol, como representante de un elemento que genera vida y educación para el país, reconfirma mi idea de que cada uno elige cómo pasar a la posteridad.

La búsqueda que más me hizo reflexionar hoy es la de este ser, el rey de los carcamanes, un desobediente de los códigos de buena persona, un ego eliminador de todo buen criterio. La imposición, los favores bajo la mesa, las falsas promesas a cambio de verdaderas intenciones; todas estas son herramientas a las que echa mano cada vez para fabricar su continuidad en esta vida, en la vida terrenal.

No me lo imagino preocupado porque se lo recuerde como alguien que construyó para los demás o como quien detentó un poder al que le hizo honor. Aparenta, más bien, ser un hombre a quien la impunidad le adormece la conciencia. Una impunidad insana que pretende contaminar a todos los que por cargo y ley deberían ser sus pares.

Y no estoy juzgando aquí la decisión que le compete en cuanto a permitir la continuidad de un proceso o interrumpirlo sino la "legalidad moral" que, a criterio mío, dejó traslucir. Es técnicamente verdadero, "aquí no se ha echado a nadie", simplemente se lo ha invitado amablemente a salir, se le ha indicado la etiqueta obligatoria y correpondiente para permanecer en esta fiesta de gala. Y sino, retirarse.

Me sigue dando vueltas en la cabeza qué pretendía al usar métodos eufémicos con una persona que no conoce otra comunicación que la directa y sin rodeos. ¿Qué reacción esperaba? Quizás ninguna, o quizás no le importaba, porque quizás esta decisión estaba tomada desde antes. Quizás llamaron a tomar una papa caliente con sus manos a alguien que por amor a su país es directamente capaz de ponerlas en el fuego. Quizás fue una decisión demagógica para demostrar después a "la gente" que la pasión no es una buen camino al éxito. Quizás envidia cierta pasión de la que carece porque la monarquía que construyó ya lo ha enviciado. Quizás, quizás, quizás.

Me desilusiona (o quizás no) leer en cada medio la extracción sensacionalista de un discurso, repetido hasta el cansancio para subrayar cierta línea de opinión sobre quien la profirió. Sucede que ante una expresión de sentimientos previamente escritos, ordenados y repensados se quedaron sin el exabrupto nuestro de cada conferencia del cual alimentarse largo y tendido.

Veo, porque no todo en la vida es perfecto, que ser sanguíneo tiene muy mala prensa y que los buenos modos muchas veces se disfrazan de respeto para tapar una insuficiencia de agallas y atrevimiento.

¿Cuántos se hicieron eco de la irreverencia con la que este ser se manejó otra vez?

Espero ansiosa el día en el que alguien patee el tablero. Así como hubo individualidades que soñaron nuevas realidades para el bien común, espero que llegue la valentía de destronarlo y reconstruir. El plazo que tiene este deporte para seguir renaciendo es simplemente la eternidad.

Esa eternidad que su presidente nunca podrá adjudicarse, porque pueden evitarse muchas cosas pero NUNCA el destino que nos toca a TODOS en nuestro carácter de seres vivos y humanos.