84 meses durmiendo al lado de ella. Soñándole al lado.
Un tiempo más grande que poco y más chico que mucho.
Más de 10 mil vueltas a su disco favorito de los Clash.
Sí, ella tenía hecho ese cálculo. Pasa que a veces, para sentirnos vivos, necesitamos sacar cuentas.
La cuestión es que esta mañana él la abrazó y le dijo: "No sé por qué pero de golpe no te quiero soltar. Me parece que hoy... hoy no me da lo mismo".
Es un dolor y un alivio cuando a algunos inconscientes se les da por mandarse a hablar así, tan contundentemente.
Dice Freud que todo bien.
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