viernes, 27 de agosto de 2010

ALMA QUE COSECHA


Era el día de todos los soles cuando a esa flor se le enredó la primavera. Luego de una temporada de brisas frescas donde lo más fácil era amigarse con lo esquivo, los tintineos de un saltimbanqui le acercaron el carnaval.

Sin dejar de revivir esos días que tuvo que hibernar, sintiendo de vuelta ese frío cada vez, descongeló su sangre hasta hervir de misticismo y devoción.

Consumió como papel en el fuego lo espeso de su pasado, sembró nuevas semillas augurando dulces frutos y elevó sus ojos al cielo para asegurarse (casi como un guiño) una porción de su valiosa taumaturgia.

Una vida de fiesta se avecina, y sus pistilos se estremecen y agitan por la noticia. Es sin duda prodigiosa y determinante sin excusas. Sabe qué desea sin ataduras al vistazo que le echan las nubes forasteras.

No puede evitar la importancia de las raíces en su floreciente supervivencia.

¿ORIGINALIDAD?


La mala interpretación del concepto es lo que confunde el sentido común y despista hasta al mejor intencionado.

Su nombre la identifica, la define, la representa. Viene del nacimiento, del origen, de la raíz. Cuando no podemos hacer las paces con el lugar del que venimos... ahí es cuando la originalidad se aleja y enajena las mentes. Sobreviene la crisis de identidad porque no se puede ser aquello que se debe ser. Y es así como se abre la puerta a infinidades de personalidades, gustos y costumbres que la mayoría puede pensar como ideales pero que no nos representan como individuos. No se sabe qué elegir porque se perdió el concepto sobre uno mismo, sobre lo que debemos ser.

Y es el deber ser, no como demanda autoritaria sino como ventana liberadora, el principal aliado de la originalidad. No reduzcamos persiguiendo la novedad, porque en este mundo (casi) todo ha sido inventado. Lo único que alberga un potencial para construir es lo que nos es propio de nacimiento, esa esencia inalienable única e irrepetible en cada persona.

Nada es exclusivo sino nosotros mismos para nosotros mismos. Conexión con la propia voz, definición de la impronta, reconocimiento de nuestra huella.

Es de lo más hipócrita querer exhibirse constantemente a los demás envueltos en un traje que no somos y sabiendo que no podemos sostenerle la mirada fija al espejo más de 5 segundos.

Yo estoy plena y satisfecha. Pocos me aman, escasamente me adoran, cierta gente me quiere, bastantes son indiferentes y muchos desearían eliminar mi cercanía.

Es así. Soy así. Se de dónde vengo, para qué fui concebida, en qué baldoza estoy detenida y hacia dónde marchan mis intenciones.

Tengo equipaje, compañeros de ruta, mapas para las incertidumbres y estrellas guías en el cielo.

El que puede convive con eso y el que no, se quedará mirando por la ventana de la envidia y la bronca de no ser.

martes, 24 de agosto de 2010

LO QUE NO NECESITO

Emocionalmente independiente.

Las histerias que persiguen la atención por exigencia egocéntrica y no por la sana intención de devolver amor no me simpatizan en absoluto.

Y las intenciones desleales de amistades simuladas no engatuzan mi criterio.

Si quieren existir, que existan. Si quieren crecer, que crezcan. Si quieren ser que sean, pero en el interior de quienes las crean y no en el terreno que comparto con ellas (no por elección propia sino como condición aparentemente inofensiva en mi camino a la felicidad).

Vivan. Proliferen. Pero no contaminen.

Gracias.

jueves, 19 de agosto de 2010

CASI UN DÍA

La noche.

Ahí. Desnuda, muerta de frío. Expuesta e innegable, ciertamente difícil y padeciéndose a sí misma, lidia con el pantano del pasmo que ya la envuelve hasta la cintura. Cuando vuelan las caretas por actos de imprudencia y arden las entrañas, indigestas y azoradas, comienza el trance inevitable hacia lo genuino.

Pieles tersas sublevadas por llagas, vísceras anudadas en busca de una independencia, ilusiones cuestionadas en busca de una respuesta; se toman de la mano y se hermanan como una cadena. Cadena de factores encadenados que desencadenan una cadena de factores encadenados que desencadenan una cadena de factores encadenados que desencadenan una cadena de factores encadenados...

¡BASTA!

Alba.

Ahí. Semitapada y con poco sueño. Exhausta de ser ella y de no saber quién es, carente de sentidos, estampada de sentimientos. Estira sus brazos que ahora son como ramas buscando naturaleza donde pertenecer. Debe enredarse, elevarse y trepar los muros que esconden el Gran Secreto. ¡Sí!. El pantano se hizo tierra y comenzó a esbozar raíces. Ahora ofrece retoños, augurios de prosperidad y aquellos cansados brazos de ramas encuentran un poco de paz. Duerme el sueño de un soldado sobre el rocío y la hierba antes de que todo se convierta en escarcha.

A.M.

Ahí. Desparramada e hipnotizada por el sueño. Tan pesada que ya parece parte de un suelo, florecida en rojo alerta, más pintorezca que auténtica. Una gota de advertencia en la cara la despierta y le trae por desayuno el recuerdo de lo que no se ha resuelto todavía. Se erige, esbelta y vertiginosa, para observar el panorama en su total exuberancia. Trenzas de caminos la esperan para lo que (sabe bien) no será otra cosa que un muy largo día. Se arranca del suelo. Y camina.

Atardecer.

Ahí. Fatigada y susceptible por las circunstancias de la travesía. Ha alcanzado la orilla del mar de todos sus desasosiegos. La espuma acaricia el arco de sus pies. Frío y calor. Dolor y cosquillas. Un reflejo de lo que todavía no ha dejado de ser en su meollo, percepciones de índole indentificativa. A lo lejos, con la punta de unos cansados dedos en capullo, llega a tocar sus locos anhelos de bienestar.

El encanto se refugia en el horizonte y tiñe la vista de naranjas y azules. Sus ojos curiosos y perfectamente redondos se empapan, se inundan, chorrean, desbordan. Rugen de furia, de resentimiento, de perplejidad. Se agigantan para confirmar lo inexorable, se inflaman, se aprisionan y quieren cerrarse hasta doler. Cuando la desilusión los lleva al límite de la asfixia se abren el pecho para oxigenar la razón.

Lo que es está a la intemperie. No hay techo, no hay disfraz. Lo que es, es. Y ya dejó de salar las heridas.

La tempestad de esos ojos ahora es calma de reflexión. Si la realidad ya se disfrazó de humillación para ofrendar su más miserable costado solo queda recoger sus despojos y devolverle la dignidad.

Se aleja, se aleja, se aleja... Y ese océano es cada vez más pequeño. Es ahora un charco sin su antigua ferocidad. ¿Y dónde puso ahora sus intenciones de superación?

Con sus brazos de rama acuna creencias
Con sus pies de raíz detenta equilibrio
Con sus ojos de ventana deja entrar el alivio
Con su alma aprendiz filtra vestigios de soledad

Un paso, otro paso, otro paso, otro paso...
Trota, trota, trota...
Corre, corre, corre, corre, corre...

¡Se zambulle! Nada, nada, nada...

Y todo.

En el agua será fértil, será futuro, será capaz.

Y ya la noche no la alcanzará. Ahí. Desnuda y muerta de frío...

miércoles, 18 de agosto de 2010

REVISION


Atrapada. Inconsciente. Manipulada. Tóxica. Intoxicada. Limitada. Impotente. Ausente. Eufórica. Somática. Fugaz.

Lujuriosamente envuelta en el desconocimiento y la consciencia, todo al mismo tiempo y al mismo tiempo la inexistencia.

Mi ser es la nada cada vez que obedece órdenes de falsas autoridades. Amos malintencionados, viciosos de su propio ego, absolutamente capaces de dominar voluntades para engrandecer su mísera existencia.

Libre. Lúcida. Útil. Saludable. Limpia. Infinita. Dinámica. Presente. Neutral. Sana. Eterna.

Me despojo de vos, de lo tuyo, de todo vos, de todo lo que es tuyo. No me interesa, no lo busco, no me encuentres porque no te necesito. No desees, no me desees, no seas mi deseo.

Te aborrezco, te rechazo.

Me compadezco.


Te abandono.

martes, 17 de agosto de 2010

LA CHISPA DE LA MENTIRA

Hay cierto carácter de la imaginación que debemos abandonar. Se trata de aquel que en nuestra infancia y por edad, inexperiencia y omisión, nos eximía de toda responsabilidad ante nuestras determinaciones.

La imaginación, pasado el tiempo, es herramienta para la creación (considerando la creación como todo aquello que construye pero no oculta realidades). No es legal escudarse en ella pretendiendo realizar los actos más estúpidos sin ser juzgados. Utilizarla para evitar admitir lo imbécil de ciertas elecciones, no es solo cobarde sino también injusto para los que queremos vivir cada día como un acto de pequeñas innovaciones e inesperadas concepciones.

Enfrentar la luz.
Ofrecer la cara.
Bailar infinitamente ante los ojos de los que abusan de la ilusión y anulan la sorpresa.

lunes, 16 de agosto de 2010

HADO

Debemos aprovechar esos días que amanecemos transformados en tréboles de cuatro hojas. Ciertas mañanas, o días consecutivos, donde nuestros astros, satélites y asteroides forman una perfecta línea que termina en flecha; una flecha que nos indica que ese día, pisemos donde pisemos, va a ser terreno seguro. Si no lo es, no importa, porque esas ocasiones de pura fortuna y casualidad se acompañan también con un buen trago de autodeterminación y manejo equilibrado de la frustración. Somos por un instante como infalibles amuletos, destellos de pseudofelicidad, quizás más ego que confianza. Suspendidos en el aire pero sin amortiguación para la caída.

Pero hay otro estado, más constante, menos inestable. Uno que más depende del concepto que de nosotros mismos tenemos que de esos hechos que salpican la vida sin preaviso. Un estado que debemos conservar mucho más que aprovechar.

Se trata de cuando conseguimos establecer el método para calcular sanamente las probabilidades. Eso que nos lleva de inconformistas a conformes, que ve sin rencores los tesoros que acopiamos, que cree sin caretas que estamos siendo lo mejor que podemos ser en ese momento, que alguna vez seremos otros pero que precipitarnos traería efectos desafortunados... Una vez conscientes de esa intersección nos transformamos en las personas más afortunadas del mundo.

martes, 10 de agosto de 2010

BATALLAS SUCESIVAS

Borde de espuma, vértigo
Cresta de sal, augurio
Cenit de revelación, conjetura
Hueco de exuberancia, inminencia
Visión de estampido, futuro

No soy ola de aguas tibias.

Un negro río me lleva de aquí para allá, de helados afluentes hacia ardientes confluencias. Me sorprende el desvío y mi sangre como mercurio, se abarrota y se reduce, se desgarra y cicatriza, se ofusca y se desviste.

Atenta a la tutela de la ruta me desplazo, me deslizo, surco, atravieso, lidio y alterco. Doblada sin doblegarme, erguida con fuerte memoria, confío en la fluctuación de mis aguas como el camino a la nueva que soy cada vez y no a la que dejé o debería dejar de ser. Pienso más en aquello en lo que me voy transformando que en lo que soy aquí, ahora, en este preciso segundo de aliento.

Debemos ser curso y no instante. Más cabalgata que rienda. Más pendulares que súbitos detenimientos. No en vano tenemos como motor al tiempo, ese imperceptible ritmo sin estadística, cálculo ni especulación. Ese que más se precipita al movimiento cuanto más creemos que obstruirnos es la clave de la transformación.

miércoles, 4 de agosto de 2010

RENOVANDO ARGUMENTOS

El tiempo sabe por qué. Siempre sabe.
A veces el silencio es un recreo...

Sumida en el cauce perfecto de un río inesperado, dulcemente autoritario, de simple imponencia, vuelvo tras infinitos sobrevuelos {chequeos para mi conciencia}.


(La Colombina sic some time ago)

lunes, 2 de agosto de 2010

NAUTA

Considerada a veces como una nimia filibustera, sigo echando mi aliento a las velas. Avistar la orilla es mi perspectiva, palparla es mi culminación, recorrer es la razón de toda mi existencia.
El juicio del tribunal forastero es mi muy débil y doblegable Kraken.

Seré pirata en mi propio mar pero nunca corruptora de los ajenos. Esa es la ley inquebrantable de un verdadero hijo del mar.

ELUCUBRACIONES A CIELO ABIERTO

Los oráculos de la bienaventuranza han perdido cierta porción de la persuasión que controlaban a su antojo, una de conquistadores postmodernos que intercambian riquezas espirituales por espejos que deforman.
Tengo sentimientos disímiles amalgamados, choque de impresiones; voy masticando la duda saboreando una conciencia de realidad peculiar pero cierta.
Sospecho.

Y luego, por la obviedad de la que no pueden escapar sus autores, adivino sucias intenciones segregantes. Engañados por una fraudulenta imagen de sí mismos, intentando forzarnos caprichosamente a la obtención de sus objetivos individuales como si fuéramos obreros de su fábrica de mentiras, conciben este territorio como un feudo y cada palabra que emiten atrasa décadas de historia.

A mis ojos son sólo locos, si por ello entendemos alguien que repite una y otra vez la misma actitud buscando un resultado diferente al que ya conocen.

En parte me provocan cierto escozor porque pertenecen a una casta que embanderó la destrucción como método de salvación careciendo de toda capacidad de autocrítica y arrepentimiento. Y al mismo tiempo ya no temo, porque la destreza y la memoria dan cada vez más argumentos para iluminar la libertad que tanto cuesta.

(Continuará)