lunes, 2 de agosto de 2010

ELUCUBRACIONES A CIELO ABIERTO

Los oráculos de la bienaventuranza han perdido cierta porción de la persuasión que controlaban a su antojo, una de conquistadores postmodernos que intercambian riquezas espirituales por espejos que deforman.
Tengo sentimientos disímiles amalgamados, choque de impresiones; voy masticando la duda saboreando una conciencia de realidad peculiar pero cierta.
Sospecho.

Y luego, por la obviedad de la que no pueden escapar sus autores, adivino sucias intenciones segregantes. Engañados por una fraudulenta imagen de sí mismos, intentando forzarnos caprichosamente a la obtención de sus objetivos individuales como si fuéramos obreros de su fábrica de mentiras, conciben este territorio como un feudo y cada palabra que emiten atrasa décadas de historia.

A mis ojos son sólo locos, si por ello entendemos alguien que repite una y otra vez la misma actitud buscando un resultado diferente al que ya conocen.

En parte me provocan cierto escozor porque pertenecen a una casta que embanderó la destrucción como método de salvación careciendo de toda capacidad de autocrítica y arrepentimiento. Y al mismo tiempo ya no temo, porque la destreza y la memoria dan cada vez más argumentos para iluminar la libertad que tanto cuesta.

(Continuará)

No hay comentarios: