Considerada a veces como una nimia filibustera, sigo echando mi aliento a las velas. Avistar la orilla es mi perspectiva, palparla es mi culminación, recorrer es la razón de toda mi existencia.
El juicio del tribunal forastero es mi muy débil y doblegable Kraken.
Seré pirata en mi propio mar pero nunca corruptora de los ajenos. Esa es la ley inquebrantable de un verdadero hijo del mar.
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