viernes, 27 de agosto de 2010

ALMA QUE COSECHA


Era el día de todos los soles cuando a esa flor se le enredó la primavera. Luego de una temporada de brisas frescas donde lo más fácil era amigarse con lo esquivo, los tintineos de un saltimbanqui le acercaron el carnaval.

Sin dejar de revivir esos días que tuvo que hibernar, sintiendo de vuelta ese frío cada vez, descongeló su sangre hasta hervir de misticismo y devoción.

Consumió como papel en el fuego lo espeso de su pasado, sembró nuevas semillas augurando dulces frutos y elevó sus ojos al cielo para asegurarse (casi como un guiño) una porción de su valiosa taumaturgia.

Una vida de fiesta se avecina, y sus pistilos se estremecen y agitan por la noticia. Es sin duda prodigiosa y determinante sin excusas. Sabe qué desea sin ataduras al vistazo que le echan las nubes forasteras.

No puede evitar la importancia de las raíces en su floreciente supervivencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De quién es este alma?
Te quiero, peti!
La Negra

Seelie dijo...

Podés ser vos, puedo ser yo, puede ser una mujer que se sabe feliz cada vez que intenta ser un poco mejor. Hay que confiar en que el universo siempre tiente al equilibrio, nunca nada es del todo bueno ni del todo malo. Es hermoso por el hecho de ser vida. Lo realmente malo sería no existir.
Te adoro, Negra