Tiro pensamientos a la rebatiña.
Algunos son atrapados por transeúntes casuales que los llevan como quien camina con una pelusa en el hombro.
Otros por interesados en criticarme. Esos se los regalo.
Otros (los menos) por la inocencia de quienes piensan que en ellos pueden aprender.
Los últimos, los que más me interesan, son los que caen al suelo para que puedan volver a mi. Chapeau. Recojo el guante. La afortunada en realidad soy yo.
Los aprieto, los moldeo, los miro, los reescribo-pienso.
Yo creo que la principal raíz de mi hablar sobre la libertad nace en mi miedo a perderla, continúa por el camino del descubrimiento de que no la poseo absolutamente y culmina en una reflexión; en parte angustiante (de la angustia de conocer la medida de lo que no se sabe) y en parte alentadora (del aliento que da saber que la mutación es cambio y el cambio, vida).
Y de repente pienso en el celo como cuidado. La conclusión me cuaja, y por un momento convive con el libre albedrío. Pero el mío. Nunca el de otro.
Reconozco así de nuevo el balsámico-inexistente altruismo.
Pienso todo esto e igual digo que te amo, que te celo y que no puedo dejar de sentir orgullo al respecto.
¡Pobre de mi yo!
lunes, 26 de mayo de 2008
martes, 22 de abril de 2008
29 (Nanuk)
"¡Ay, es difícil encontrar esa huella de Dios en medio de esta vida que llevamos, en medio de esta época tan satisfecha, tan burguesa, tan superficial, acompañados por esta arquitectura, estos negocios, esta política, estas personas!
¡Cómo no voy a ser un Lobo Estepario, un ermitaño desgreñado, si estoy hundido en este mundo cuyas metas no comparto, cuyas alegrías no me atraen!
No soporto mucho tiempo en un teatro o en un cine, apenas puedo leer un diario, pocas veces miro un libro moderno: no puedo entender cuál es la diversión y la felicidad que los hombres buscan en trenes y hoteles repletos, en cafés llenos de gente con música fuerte y sofocante, en los bares y varietés de las elegantes ciudades de lujo, en las exposiciones mundiales, en los corsos, en las conferencias para los sedientos de cultura, en los grandes campos de deporte. No puedo comprender ni compartir esas alegrías que estarían al alcance de mis manos y por las que hay miles que se esfuerzan y se amontonan.
Y aquello que, por el contrario, sucede durante mis escasas horas de felicidad, lo que para mí representa placer, aventura, éxtasis y enaltecimiento, es algo que el mundo a lo sumo conoce, busca y ama en la poesía, pero que en la vida la parece una locura.
Y de hecho, si el mundo tiene razón, si la música en los cafés, si los entretenimientos de masas, si esas personas con tan pocas pretensiones tienen razón, entonces yo estoy equivocado, estoy loco. Entonces, en serio soy el Lobo Estepario: el animal perdido en un mundo ajeno e incomprensible que ya no es capáz de encontrar su hogar, su aire y su alimento."
¡Cómo no voy a ser un Lobo Estepario, un ermitaño desgreñado, si estoy hundido en este mundo cuyas metas no comparto, cuyas alegrías no me atraen!
No soporto mucho tiempo en un teatro o en un cine, apenas puedo leer un diario, pocas veces miro un libro moderno: no puedo entender cuál es la diversión y la felicidad que los hombres buscan en trenes y hoteles repletos, en cafés llenos de gente con música fuerte y sofocante, en los bares y varietés de las elegantes ciudades de lujo, en las exposiciones mundiales, en los corsos, en las conferencias para los sedientos de cultura, en los grandes campos de deporte. No puedo comprender ni compartir esas alegrías que estarían al alcance de mis manos y por las que hay miles que se esfuerzan y se amontonan.
Y aquello que, por el contrario, sucede durante mis escasas horas de felicidad, lo que para mí representa placer, aventura, éxtasis y enaltecimiento, es algo que el mundo a lo sumo conoce, busca y ama en la poesía, pero que en la vida la parece una locura.
Y de hecho, si el mundo tiene razón, si la música en los cafés, si los entretenimientos de masas, si esas personas con tan pocas pretensiones tienen razón, entonces yo estoy equivocado, estoy loco. Entonces, en serio soy el Lobo Estepario: el animal perdido en un mundo ajeno e incomprensible que ya no es capáz de encontrar su hogar, su aire y su alimento."
HERMAN HESSE
"El lobo estepario"
viernes, 18 de abril de 2008
CULPA
A veces pienso que la culpa es una represa construida por nuestra autoestima.
Porque si nos hicieran eso que nos da culpa a nosotros, no nos gustaría ni un poquito.
Entonces, a veces (también) pienso que el altruismo puro no existe, como todas las teorías extremistas (extremadamente dadivosas o extremadamente egoístas).
Porque si nos hicieran eso que nos da culpa a nosotros, no nos gustaría ni un poquito.
Entonces, a veces (también) pienso que el altruismo puro no existe, como todas las teorías extremistas (extremadamente dadivosas o extremadamente egoístas).
lunes, 14 de abril de 2008
SANAR HABLANDO
Necesito decirme para ser.
A ver: hablar de mi, desde mi hacia afuera. Comunicar mi interior.
No estómago resfriado.
No diarrea verbal.
Sí curar los raspones con palabras.
¿Y saben qué me jode? La sensación que me provoca cuando no puedo hacerlo.
¿Qué es ese bloqueo que aparece cuando necesito y no puedo hablarme, cuando no es el momento o el lugar, o simplemente cuando no me dejan/dejo?
¿A alguien le pasa? ¿O es que para la mayoría es más fácil el silencio total?
Digo, que no me refiero a un derrame de palabras, porque contamina.
No hablo de matar el tiempo hablando, porque además de asesinato sería sacrilegio con el lenguaje.
Tampoco es forzar profundidad en cada charla, porque eso es falso.
Es un momento puntual. Algo muy característico que a veces me sucede.
Se trata de un impulso natural, un ruidito desde adentro, algo que está escarbando para salir y que nos duele si no ve luz.
Me anuda el estómago.
Me convida de su impotencia.
Y por un rato me enmudece.
A ver: hablar de mi, desde mi hacia afuera. Comunicar mi interior.
No estómago resfriado.
No diarrea verbal.
Sí curar los raspones con palabras.
¿Y saben qué me jode? La sensación que me provoca cuando no puedo hacerlo.
¿Qué es ese bloqueo que aparece cuando necesito y no puedo hablarme, cuando no es el momento o el lugar, o simplemente cuando no me dejan/dejo?
¿A alguien le pasa? ¿O es que para la mayoría es más fácil el silencio total?
Digo, que no me refiero a un derrame de palabras, porque contamina.
No hablo de matar el tiempo hablando, porque además de asesinato sería sacrilegio con el lenguaje.
Tampoco es forzar profundidad en cada charla, porque eso es falso.
Es un momento puntual. Algo muy característico que a veces me sucede.
Se trata de un impulso natural, un ruidito desde adentro, algo que está escarbando para salir y que nos duele si no ve luz.
Me anuda el estómago.
Me convida de su impotencia.
Y por un rato me enmudece.
viernes, 11 de abril de 2008
INFINITO
Soy sinestésica.
Los colores me hablan, la música me dibuja.
Toco las miradas, veo lo áspero.
Huelo lo dulce, saboreo tufillos de mala intención.
Y en el derrotero de mi río, por suerte existe siempre la pista de la duda.
Duda como puerta a otras posibilidades.
Duda como un buen augurio.
Duda como esperanza.
Duda como certeza.
Certeza de que la monotonía es perfectamente doblegable.
Los colores me hablan, la música me dibuja.
Toco las miradas, veo lo áspero.
Huelo lo dulce, saboreo tufillos de mala intención.
Y en el derrotero de mi río, por suerte existe siempre la pista de la duda.
Duda como puerta a otras posibilidades.
Duda como un buen augurio.
Duda como esperanza.
Duda como certeza.
Certeza de que la monotonía es perfectamente doblegable.
DE VALIENTES
¿Puede pasar que el dolor-vergüenza por la propia calidad de ser enceguezca?
Digo, hay existencias tan penosas que más vale negarlas.
Hay que tener pelotas para entrar en esa oscuridad de nuestras debilidades.
¡Demasiada auto-sinceridad duele, es como un auto-dedo en el trasero!
(Pero vaya si engrandece)
Es que gobierna el menor esfuerzo y reina el orgullo. Y así todo se vuelve fácil ante los ojos de los vagos espirituales. Cualquiera vive chapoteando en el despotrique.
Más vale enchastrarse con el barro de la mediocridad, total después nos lavamos con llanto (el nuestro... el de otros)
Luz verde, dirección ascendente. Si nos entendiéramos cada uno como una célula de revolución...
Toda fuerza es productiva si es de adentro hacia afuera. Sale de mi casa hacia el mundo, de mi mundo al universo.
Tenemos todo a nuestro alcance: la palanca que arranca la acción, el ego que frena convicciones, el punto muerto que engaña cobardoides.
Cada uno elije. Para mi: afrontar, no evitar.
Solución no es lo mismo que disolución.
Digo, hay existencias tan penosas que más vale negarlas.
Hay que tener pelotas para entrar en esa oscuridad de nuestras debilidades.
¡Demasiada auto-sinceridad duele, es como un auto-dedo en el trasero!
(Pero vaya si engrandece)
Es que gobierna el menor esfuerzo y reina el orgullo. Y así todo se vuelve fácil ante los ojos de los vagos espirituales. Cualquiera vive chapoteando en el despotrique.
Más vale enchastrarse con el barro de la mediocridad, total después nos lavamos con llanto (el nuestro... el de otros)
Luz verde, dirección ascendente. Si nos entendiéramos cada uno como una célula de revolución...
¡Atentos! Hay una bota buscando cada cuello.
Toda fuerza es productiva si es de adentro hacia afuera. Sale de mi casa hacia el mundo, de mi mundo al universo.
Tenemos todo a nuestro alcance: la palanca que arranca la acción, el ego que frena convicciones, el punto muerto que engaña cobardoides.
Cada uno elije. Para mi: afrontar, no evitar.
Solución no es lo mismo que disolución.
lunes, 7 de abril de 2008
DESINTOXICACIÓN
Vomité mucho pasado desde mis ventanas, hasta que vi llegar el sol. Y seguí.
Después dormí para continuar al despertar y volver al sueño.
Lo amargo es el trago necesario para la dulzura de la luz.
Por eso lo soporto. Por eso, y por la compañía.
Después dormí para continuar al despertar y volver al sueño.
Lo amargo es el trago necesario para la dulzura de la luz.
Por eso lo soporto. Por eso, y por la compañía.
TRIBULACIONES
Llega el alba y yo mirando el techo. Mis ojos en lluvia buscando entender.
¡Qué incapaces podemos ser a veces de manejar nuestro propio interior!
¿Qué es un nudo en la panza porque sí? ¿Qué es una sensación de diminutez sin sentido?
Miedo, quizás... como percibiendo un peligro real o supuesto, presente o futuro. Raptos de olfato poco optimista.
Creo entendender que el pánico al llegar a una cima es la incomprobada certeza del "no hay nada más".
Desde ese lugar sublime en las alturas observamos un paisaje maravilloso. Nos sorprendemos del camino recorrido hasta llegar arriba y nos extasiamos de orgullo. "Ya sabía yo que el esfuerzo valdría la pena".
Luego, el enorme vacío. Nos sobreviene un vértigo enfundado de dudas, preguntas y ecos.
Nos paraliza. Nos visita una angustia sin nombre, sin cara, sin orígenes para reconocer.
¿No será que la felicidad es ese punto que creemos lo máximo por alcanzar y por eso vivimos para el esfuerzo de la búsqueda pero no para el disfrute del triunfo? ¡Es que ese triunfo sería el final!
¿No será que debemos disfrutar el camino porque ese camino no es otro que la vida misma?
Que la felicidad sea el horizonte, eso que nos empuja a renacer cada vez. Y que el disfrute sea avanzar con la vista en ella, con la convicción de llegar más lejos, con la curiosidad de saber qué hay más allá del límite.
Por suerte para mi lágrima hay un hombro que la ataja.
Hay un refugio de mirada para el charco de mis ojos.
Hay bandera blanca para un corazón batallado de preguntas.
Hay peso compartido y mano que levanta.
Hay risas cómplices porque creemos.
Creemos en eso que dicen que hay donde se juntan el cielo y la tierra.
¡Qué incapaces podemos ser a veces de manejar nuestro propio interior!
¿Qué es un nudo en la panza porque sí? ¿Qué es una sensación de diminutez sin sentido?
Miedo, quizás... como percibiendo un peligro real o supuesto, presente o futuro. Raptos de olfato poco optimista.
Creo entendender que el pánico al llegar a una cima es la incomprobada certeza del "no hay nada más".
Desde ese lugar sublime en las alturas observamos un paisaje maravilloso. Nos sorprendemos del camino recorrido hasta llegar arriba y nos extasiamos de orgullo. "Ya sabía yo que el esfuerzo valdría la pena".
Luego, el enorme vacío. Nos sobreviene un vértigo enfundado de dudas, preguntas y ecos.
Nos paraliza. Nos visita una angustia sin nombre, sin cara, sin orígenes para reconocer.
¿No será que la felicidad es ese punto que creemos lo máximo por alcanzar y por eso vivimos para el esfuerzo de la búsqueda pero no para el disfrute del triunfo? ¡Es que ese triunfo sería el final!
¿No será que debemos disfrutar el camino porque ese camino no es otro que la vida misma?
Que la felicidad sea el horizonte, eso que nos empuja a renacer cada vez. Y que el disfrute sea avanzar con la vista en ella, con la convicción de llegar más lejos, con la curiosidad de saber qué hay más allá del límite.
Por suerte para mi lágrima hay un hombro que la ataja.
Hay un refugio de mirada para el charco de mis ojos.
Hay bandera blanca para un corazón batallado de preguntas.
Hay peso compartido y mano que levanta.
Hay risas cómplices porque creemos.
Creemos en eso que dicen que hay donde se juntan el cielo y la tierra.
martes, 1 de abril de 2008
MANCHAS
"Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden"
Gabriel Celaya
Y así me embarro, lo más que puedo, sólo por decir mi interior.
¡A chapotear en los charcos de la pasión! ¡A decir hasta mancharnos! Sin lujos tibios, pateando lunas, sintiendo amor por el amor mismo.
¿De qué sirve sino?
Pienso la vida y nacen palabras. No me escondo, me pinto la cara, las manos, el cuerpo entero, con ellas que me hacen ser. Y esa soy yo.
Tengo ganas de escribir. De escribirte. Ya viene.
Gabriel Celaya
Y así me embarro, lo más que puedo, sólo por decir mi interior.
¡A chapotear en los charcos de la pasión! ¡A decir hasta mancharnos! Sin lujos tibios, pateando lunas, sintiendo amor por el amor mismo.
¿De qué sirve sino?
Pienso la vida y nacen palabras. No me escondo, me pinto la cara, las manos, el cuerpo entero, con ellas que me hacen ser. Y esa soy yo.
Tengo ganas de escribir. De escribirte. Ya viene.
lunes, 31 de marzo de 2008
BÚSQUEDA Y ENCUENTROS

Búsqueda: Y con la cabeza rota, para algunos la vida es transitarla intentando encajar.
Dijo Nano:
Somos como esas rueditas dentadas, de los engranajes. Pero nuestros dientes son imperfectos y cada uno conforma una clave única e irrepetible. Nos la pasamos girando por una superficie irregular entre millones de rueditas buscando alguna que coincida con nosotros. Pero solo unos pocos lograrán hacer que sus dientes engranen con los de otro.
El problema es que no miramos. No tenemos eje ni patrón. Solo giramos, aleatoriamente. No podemos ver con claridad para donde vamos. Que a veces nos hacemos los tontos y golpeamos los dientes hasta encastrar como sea con cualquiera, con el primero que aparece, con el único fin de no terminar girando solos.
Yo creo que eso no vale la pena. Que así, nuestro andar se vuelve torpe y no tiene mas futuro que un par de vueltas mas. Como un consuelo. Como el mimo de una mano pasajera. Como una isla minúscula en un mar repleto de tiburones.
¡Gracias Nanuk!
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