lunes, 14 de abril de 2008

SANAR HABLANDO

Necesito decirme para ser.

A ver: hablar de mi, desde mi hacia afuera. Comunicar mi interior.
No estómago resfriado.
No diarrea verbal.
Sí curar los raspones con palabras.

¿Y saben qué me jode? La sensación que me provoca cuando no puedo hacerlo.

¿Qué es ese bloqueo que aparece cuando necesito y no puedo hablarme, cuando no es el momento o el lugar, o simplemente cuando no me dejan/dejo?

¿A alguien le pasa? ¿O es que para la mayoría es más fácil el silencio total?

Digo, que no me refiero a un derrame de palabras, porque contamina.
No hablo de matar el tiempo hablando, porque además de asesinato sería sacrilegio con el lenguaje.
Tampoco es forzar profundidad en cada charla, porque eso es falso.

Es un momento puntual. Algo muy característico que a veces me sucede.
Se trata de un impulso natural, un ruidito desde adentro, algo que está escarbando para salir y que nos duele si no ve luz.

Me anuda el estómago.
Me convida de su impotencia.
Y por un rato me enmudece.

4 comentarios:

yo dijo...

decilo, decilo

Javier dijo...

Viste que somos silencio y a la vez tanto ruido...

besos seelie.

εїз dijo...

Podemos decir tantas cosas de tantas maneras Seelie!!!



"No importan el lenguaje ni las palabras...ni las fronteras..."

Expresarnos... COMO SEA...vale.

Escribiendo... moviéndonos... mirando...

No te parece?

Besotes!

Anónimo dijo...

No es que no puedas expresarte, es que no saben escucharte a veces, ya va a aprender, tenele paciencia...