Cuesta no ser el ombligo del mundo, ¿no? Este es un planeta malditamente individualista.
"Un defecto: el egoísmo.
Una virtud: ser uno mismo"
(No nos olvidemos de que este mundo también es malditamente paradójico)
¡Recórcholis! Y para colmo la eterna contradicción de ser una persona.
¿Quién demonios dijo que había que vivir disfrazado para no salir herido? ¿No se da nadie cuenta de que eso es peor por hacer el ridículo?
¿Qué es, al fin y al cabo, lo auténtico si solo puede existir con un envase que lo esconda?.
(No puedo dejar de pensar en las contradicciones)
Autenticidad envasada, paquetoides que no necesitamos abrir para reconocer el pescado podrido. Sucede que siempre vienen con esas miradas que pueden olerse a kilómetros de distancia.
Soy tan feliz como humanamente triste, y esa balanza vive en un vaivén igual al que soy yo.
Quizás el secreto está en vivir sin pretenciones de virtudes ajenas.
Ya pagué el precio, justo y necesario para mi, pero con una moneda que no cabía en mi billetera.
Ella, la soledad, que me hizo saber (¡por fin!) que en este lugar pequeño como un ombligo pero a la vez gigante como el ego de cada quién que se agacha a mirarlo, habitan seres tan desnudos como yo.
- Clap, clap, clap. Un aplauso para ellos.- ¿Para quiénes?- Para ellos...- ¿Por qué?- Por soltar al viento las palabras mirandose a los ojos