domingo, 26 de septiembre de 2010

TREE


Hay desvelos. Y finales felices.
Hay un sueño que se pierde en el pasado de un viejo sillón.
Hay malos amores y buenos humores.
Hay una sencillez sofisticada a la que aspiramos sin saber.
Hay esperas. Y hay desesperanzas.
Hay un rumor de futuros azares que zumba en los oídos del que ríe sin pensar.
Hay saludos desde enfrente y abrazos de miradas.
Hay distancias que solo saben acercar ajados corazones de felpa.
Hay mañanas inciertas. Y hay futuros sólidos.
Hay previsiones que solamente construyen montañas de frustración.
Hay marchitos. Y hay prosperidades.
Hay pétalos que cada vez que se deshojan le dicen al amante que alguien los vendrá a buscar.
Hay colores que apabullan y grises que iluminan.
Hay siempre una tibieza redonda y abundante, no importa que no venga cada día a saludar.
Hay otoños que florecen y calores que despojan.
Hay una vida después de cada muerte, esas en las que morimos sin haber dejado de existir.

Foto: Tomás Casares

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