jueves, 20 de mayo de 2010

CULPAHABILIDAD

¡Oh, indigno ser humano, rata espantosa! ¡Eso soy! ¿Cómo puedo ser así..? No tengo perdón...

Decirse causante excusa a los faltos de oficio en el arte del buen juicio (del buen juicio sobre sí mismos, obvio). Su incapacidad para cambiar la realidad que los somete los vuelve ciegos por conveniencia, fríos por temor e inoperantes por obligación.

La cueva de la victimización es su mejor coartada ante el reclamo del régimen que encauza el sano vivir.
Pura cobardía disfrazada de altruismo quiere ocultar una total inconsciencia del otro y así pretenden limpiar las culpas en sus mediocres cavilaciones post facto.

Inmaduros y medrosos, pocas veces merecen la bendición del desafío y la oportunidad.
Ante tantas otras personas que atesoran la existencia que les ha sido dada son estos especímenes los que me hacen desear el inexorable equilibrio de la sabia naturaleza.

La potencia creadora no es para cualquiera pero sí lo es para muchos el arrojo del intento.
Qué carente es no variar por costumbre.
Qué miserable es no temer al universo y su sentido de la equidad.

1 comentario:

NaveL. dijo...

YEAH!!!!!!

(PROFUNDO EL COMENTARIO)

SALUD MUJER!