En esas coordenadas donde se suponía que encontraría un manjar entre tanta basura...
Justo ahí fue que la certeza, que tanto amo y tanto odio, resolvió deshacer la burbuja.
La existencia de cierta naturaleza benigna se empaña ante la debilidad de mentes miedosas y sometidas.
Me cuesta ver intenciones benevolentes sin que asome la hilacha la vil individualidad. Nuestra propia historia en el mundo nos ha empujado, casi obligó, a civilizarnos para evitar la autodestrucción. Por momentos me rapta ese enunciado con inquebrantable seguridad.
Habiendo atravesado la perfidia y la virulencia, tras soportar los entretejidos ponzoñosos, queda en mi garganta un indefinible sabor, una sensación hermafrodita.
Otra vez frente a la vifurcación, tratando de desentrañar el misterio de la verdad. El secreteo, el murmullo que nos dice que algo se cuece ahí detrás pero con aromas confusos e ingredientes que mejor ni enterarse.
Esa perseguida autenticidad... ¿está en el conformismo de lo frecuente? ¿Está en la adorable excepción? O quizás está entre ellas y es producto de su recóndita mixtura.
1 comentario:
Impecable la descripcion...
Asi esta el mundo linda, no es el congreso el fiel espejo de lo cotidiano???? no es la corrupcion la que rige el mundo??? y mas alla de todo nosotras con la conciencia tranquila hoy dormimos en paz! te quiero...
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