lunes, 11 de agosto de 2008

EL VALOR DE LAS PALABRAS

Creyéndome inmortal en la esfera de todas mis vanidades, un día advertí que soy la misma que puede dejarse dejar. Junto ausencia con presencia y esa es la vida-mi vida.

Me construyo empuñando palabras hasta que un miedo atroz me extingue.
El abandono perturba mis entrañas, me lleva a la medida ínfima de un grano de arena, y yo me percibo más cercana a un átomo que a la grandeza del mundo.

Un espejismo de felicidad, ceguera como placebo. El amor como un puñal, con el que puedo defenderme, herir y quitarme la respiración. Un lujo. Un peligro. Una elección.

No temo decir, por eso escribo.
Temo a veces hacer, por eso escribo.

4 comentarios:

NaveL. dijo...

parece que a veces recordamos...

Anónimo dijo...

las palabras son el paquete de la confusión. hacer, ser y decir: formas de creación y destrucción.

Anónimo dijo...

para que dejar comentarios si no son contestados?

Seelie dijo...

no puede haber diálogo con interlocutor invisible y tema inexistente.
no se quién sos pero hablemos. De qué querés hablar?
gracias por volver a pasar por acá y por tus palabras!