jueves, 10 de octubre de 2013

LIMBO


Me pierdo en las ganas de hablar del desgarro.
En las ganas de romperte, de soñarte espesa encima.

Me encuentro en el hambre de callar lo evitado.
En el hambre de aliviarte, de salarte las heridas.

Me despierto en lo definitivo, me duermo en el temblor.
El temblor de una foto incontable y exquisitamente arrugada por el vicio.


Qué fatal y qué delicia eso que también llamamos vida. 
Aunque no se pueda dejar ver.


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