
Pienso también que es una construcción, intencional y también azaroza, pero no entregada en comodato a cambio de futuras decepciones.
Se muy bien que tanto se sube como se baja y así busco transitar y desandar la senda inconclusa. Siempre pienso en el carácter nivelador de la naturaleza y la búsqueda intrínseca del equilibrio que la caracteriza. Soy consciente y no enceguezco ante tamaño poderío.
Por eso prefiero este tipo de complacencia que me vuelve transparente, liviana y teñida de felicidad sin tener que por eso pagar las consecuencias unos pasos más adelante. Puedo usar las alas que a veces me hacen ángel sabiendo que cuando me las tenga que quitar caeré parada por mi propio peso. El peso de la convicción y el arraigo con la tierra que me encomiendan mis raíces. Es la paz de no haber empeñado la esencia y las propias palabras pasadas por un relleno burdo de mis espacios de incertidumbre.
Porque me aman, amo. Porque amo, me aman.Y se que si me toca detener el envión frente a visitantes inesperados hay paredones donde descansar y cepas para re-germinar.
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