jueves, 3 de junio de 2010

EN EL MEDIO... NADA

Estar en el cielo y el infierno al mismo tiempo es haber aceptado ser desintegrado, derretido y evaporado.

Convertirse en la propia nube, ser la propia lluvia y la propia inundación.

Sumergirse y ahogarse.

No trascender por elección.

Todo esto a cambio de un efímero instante de falsa y verde vida. De días más cortos que esa persistencia en la indefinición.

Porque estancarse en la puerta de la bifurcación nos lleva a ser aplastados por una horda de convicciones ajenas.


No todas las oportunidades son trenes de un solo viaje.

Algunas son túneles por el que podemos pasar sin ocasión para retroceder.

No hay comentarios: