viernes, 16 de noviembre de 2007

5, 4, 3, 2, 1....

Por fin logro escaparme de los recuerdos pendencieros, esos que se aprovechan cuando no hay nadie para venir a machacar.
Y ahora vacío la mochila para emprender el nuevo viaje. Todos ellos vienen conmigo: no los recuerdos de antes, sino los que están en mi presente para empujarme al futuro.
Soy un día que amanece.

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