miércoles, 17 de octubre de 2007

CLAROSCUROS

Tengo una vaga y endeble idea sobre la persistencia de la vida. Es así que no permito el protagonismo de mis momentos de impotencia y hundimiento. Mis mejores minutos no están nunca reservados para ellos.

Con esa convicción me permito la inobservancia de ciertas reglas y me llamo a silencio para escuchar el tan-tan de mis impulsos naturales.

Me atraen las cosas moderadas. No prefiero los rasgos célebres y reputados ni los encantos fugaces y precarios de esencia. Son solo fragmentos en el tiempo. Veo que confunden, no los quiero para mi.

El gusto por lo sencillo acompaña a las grandes personas. Por el contrario, la devoción por lo adornado provoca raquitismo de espíritu.

La luz es para todos, pero no todos podemos iluminar.

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