martes, 15 de marzo de 2011

EL PLACER DE LO QUE NO SOY

Una persona que busca irritar constantemente es, por lo menos, narcisista. Se dedica a provocar y medir la paciencia del otro. Ese es su parámetro de la importancia que tiene para la mirada externa.

Lamento los días en los que registro su presencia y lamento regalarle mi vulnerabilidad para el regocijo de su sadismo hipócrita. Cuando no subo las barreras dejo que pase su porquería, dejo que desordene mi humor. Le permito desplegar su cola de pavota real y me olvido de encender mis defensas.

Siempre, sin embargo, llega un tiempo de salir, de alejar, de recuperar la perspectiva. Y en ese tiempo es cuando sobreviene la tranquilidad de reconocerme plena, porque se da vuelta la taba, porque es ella la que se transforma en medida: la medida exacta de lo que no soy.

Y todo lo que me convierte en su opuesto, reconforta profundamente mi alma.

miércoles, 9 de marzo de 2011

MENZA



El pobre resultado de una vida servida en bandeja te nubla el valor del esfuerzo ajeno y sobrevalora tus acciones.

Lamentos glotones. Rebeldía vacía. Vara obsecuente. Avaricia sobresaliente.

Cocorita de pacotilla. No confundas tus bajezas con brillantes elecciones.

Tu insistencia en arruinar, opacar o menospreciar el espacio del otro solo me deja pensar que no sabés ni donde estás parada. Perdida en la vida, te irritan los pies de plomo. No creo que hayas descubierto qué lugar te pertenece, qué esencia te da la vida. Y eso, estoy segura, debe ser perturbador.

Yo soy impulsiva, intempestiva, avasallante, inoportuna, improcedente. Soy todo lo miserable que el mundo quiera.

Pero algo nos diferencia y no lo dejo de celebrar: Yo no escondo mis porquerías, yo no velo mis desechos.

lunes, 7 de marzo de 2011

QUEJARSE DE LLENOS

No puedo ya evitar. Solo puedo asumir y reformular.

La idea de libertades individuales es claramente vaga e inconclusa en momentos en los que las decisiones personales se transforman en un camino para victimizarse. La felicidad pierde su sentido porque se usa como daga para clavar en el golpe bajo, y todo aquello objetivamente bueno es ahora excusa para sentirse damnificado.

Detesto las excusas baratas sin un dejo de introspección y sinceridad con los que conocemos el origen real de esas explicaciones.

Y me rapta un segundo maldito de confusión. Y me reconecta con mi egoísmo. Y critico lo que yo misma estoy haciendo.

Y me salva un segundo heroico de dignidad. Y me muestra la esencia de las buenas intenciones. Y celebro la diferencia entre mi camino y aquel otro.

Las cosas florecen aunque no quieran, porque sus raíces son inevitables. Y las personas emergen por la inercia de su propia esencia. Los embusteros, los doble faz, los reales, los imaginarios. Todos, tarde o temprano, mostramos nuestros destellos y nuestras sombras. Y esas exhibiciones de individualidad arman el mapa con el que caminamos junto y a través de los demás.

Entiendo que nunca voy a impedir lo que para mi vara es injusticia y siempre existirán los seres ventajeros, pero me codea cómplice la coherencia, que es amiga de mi paz interior.

La vida sin esperar lo que el otro no quiere ni puede dar, ofrece caminos más llanos y directos. Y las decisiones egoístas de hoy, son un bártulo más en la mochila de los inconcientes de toda desconsideración.

PAREN LAS ROTATIVAS

Ya vengo. Ya vengo. Estoy midiendo la distancia entre mi concepto de justicia y mi criterio de autovaloración.